Justo hoy cumplo 39 semanas, si todo sigue su ritmo nos queda una semana para vernos. Tu padre está ya que no puede, la yaya Loli, la tía abuela Vito y tu tía Esther me llaman todos los días para preguntar (no se saltan uno), además me vigilan por whastapp.
Para celebrarlo hoy me he pegado una pateada buena, casi dos horas sin parar a mi ritmo pero todo un logro con mi ciática.
Las noches siguen siendo un infierno pero ya queda menos, soy fuerte este y otros son y serán los momentos que me hacen ser la persona que soy y me digo; -Eres grande mujer. Solo tu sabes de qué eres capaz.
Me paro a pensar y recuerdo lo especial que han sido estos últimos casi 9 meses, recuerdo el primer mes cuándo esperábamos con entusiasmo el positivo, los primeros días cuándo tu Carlota eras nuestro secreto, el día que dimos la noticia (tu tía Esther, mi querida hermana lloraba cómo una descosida), tu primera ecografía, los tres meses cuando ya parece que no hay riesgo de aborto, las primeras patadas, la cara de tu padre al sentirlas y la cara con la que me mira de ternura y agradecimiento por llevarte nueve meses en mi barriga (se queda ensimismado) los cinco meses con el dichoso cribado para ver si estas bien, y el séptimo mes cuando ya sabemos que fuera de mi barriga puedes vivir sin problema y ya empezamos a respirar tranquilos. Ha sido un poco cómo una carrera, por etapas. Ahora lo único que nos preocupa es que todo salga bien y tu seas una bebé sana. Asumimos la responsabilidad más grande y a la vez somos conscientes que serás la alegría más absoluta.
